martes, 12 de junio de 2007

¿Ver sin ver?



¿Es posible sufrir ceguera aun cuando nuestros ojos están viendo una pantalla de computadora? La respuesta es sí.

El origen de esta interrogante es la certeza empírica de que los usuarios de internet suelen bloquear ciertas partes de la pantalla de su computadora cuando visitan sitios de internet, específicamente aquellos donde están alojados los espacios publicitarios en los sitios de noticias.

Cuando pensamos en la condición de la ceguera normalmente suponemos que se trata de la falta de visión por razones fisiológicas, sin embargo, existen causas psicológicas que pueden provocar que una persona con visión sana deje de ver determinados aspectos de una escena.

En una revisión sobre lo estudiado respecto a la ceguera psicológica encontré básicamente tres condiciones en las que los humanos dejamos de ver cosas que están de hecho en nuestro campo de visión. Si tú, lectora o lector, conoces más de este tema, al compartirlo podrías hacer feliz a una persona, o a más inclusive.

Ceguera provocada por el Cambio

En términos de la percepción visual, la ceguera ante el cambio es un fenómeno en el que una persona que observa una escena visual aparentemente no puede detectar diferencias importantes.

Para que este tipo de ceguera ocurra, el cambio en la escena típicamente coincide con cierta interrupción visual como sería el movimiento de los ojos o un breve oscurecimiento de la imagen, cuando se trata de imáges dinámicas.

En la década de 1979 George McConkie realizó investigaciones con cambios realizados a palabras y textos durante los movimientos oculares.

Un alumno de McConkie, John Grimes, en su artículo On the Failure to Detect Changes in Scenes Across Seccades, John Grimes estudió este fenómeno en el campo de la percepción. Concluyó que las personas no se percatan de grandes cambios en una escena cuando estos ocurren durante el movimiento ocular.

Posteriormente se realizaron investigaciones que mostraron otros tipos de interrupciones visuales, además de los movimientos oculares, que producían efectos de ceguera. Por ejemplo, el efecto “flicker” estudiado por Rensink, mostró que al cambiar dos imágenes parecidas, pero con diferencias notorias, separadas por una pantalla en blanco, se induce este tipo de ceguera psicológica.

En internet se encuentran publicaciones publicaciones como éstas:

- McConkie, George W. & C. B. Currie (1996), Visual stability across saccades while viewing complex pictures, Journal of Experimental Psychology: Human Perception & Performance.

- Rensink, Ronald A.; J. Kevin O'Regan & James J. Clark (1997), To see or not to see: the need for attention to perceive changes in scenes, Psychological Science.

- Grimes, J. (1996), "On the failure to detect changes in scenes across saccades", in Akins, K., Perception (Vancouver Studies in Cognitive Science), vol. 2, New York: Oxford University Press.


Ceguera por distracción

Este tipo de ceguera psicológica está relacionado estrechamente con la ceguera ante cambio. Se trata de la falta de habilidad para percibir elementos de una escena visual cuando el observador no le pone atención.

Esto significa que los humanos tienen una capacidad limitada de atención, que acota la cantidad de información procesada en un momento determinado. Así, determinados elementos que se encuentran dentro del campo de visión no son observados cuando no son procesados através de un proceso de atención.

En el caso de una página de noticias en internet, por ejemplo, una solución aparente y evidente para la ceguera por distracción es la reducción de elementos distractores en función de los objetivos de la página. Por ejemplo, en una página de cinco notas destacadas y decenas de encabezados, más de siete banners y alrededor de una decena de promos con foto, podría ser posible contrarrestar este tipo de ceguera psicológica al reducir elementos distractores.

Demostraciones de la ceguera por distracción

Una demostración de este tipo de ceguera fue realizada por Daniel Simons de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y Christopher Chabris de la Universidad de Harvard. En su estudio pidieron a un grupo de personas que observaran un video en el que dos grupos de personas (que usaban camisetas en blanco y negro) se pasaban la pelota entre ellos. Los individuos estudiados recibieron la instrucción de contar el número de pases realizados por uno de los equipos, o bien realizar un conteo de pases rebotados o aéreos. En diferentes versiones del video una mujer camina en la escena cargando un paraguas, o usando un disfraz de gorila. En una de las versiones la mujer vestida de gorila incluso se detiene frente a la cámara y se golpea el pecho antes de salir de cuadro.

Después de observar el video, los sujetos fueron cuestionados sobre cualquier elemento extraño en el video. En la mayoría de los grupos de estudio, 50% de los individuos dijeron no haberse percatado del gorila.

Los investigadores concluyeron que nos equivocamos al suponer que eventos importantes llamarán nuestra atención de manera automática al realizar tareas o perseguir metas.

El resultado implica que la relación entre lo que se encuentra en nuestro campo visual y la percepción se basa de manera más importante en la atención.

Otra investigación, realizada por Steve Most, Chasis y Scholl, se basó en una animación de objetos en la pantalla de una computadora. Los participantes recibieron la instrucción de poner atención a los objetos negros e ignorar los blancos, o viceversa. Después de varios ensayos, una cruz de color rojo aparecía inesperadamente y se movía a través de la pantalla, para permanecer durante cinco segundos. El resultado del experimento mostró que aunque la cruz color rojo se distinguía fácilmente de los objetos blancos y negros, tanto en color como en forma, cerca de una tercera parte de los participantes no pudo percatarse de ella. La conclusión es que la gente podría enfocar su atención a ciertas dimensiones preceptuales, tales como el brillo y la forma.

Ceguera por Elección

Un tercer tipo de incapacidad psicológica para ver es la cegera por elección. Se trata de un fenómeno en el que un sujeto es incapaz de ver diferencias entre un resultado deseado (o esperado) y el producto final.

El psicólogo Setter Johansson y sus colegas demostraron este tipo de ceguera psicológica en un estudio difundido por la revista Science. En el estudio se le presentaron dos cartas a un individuo, cada una con diferentes rostros femeninos. Los investigadores pidieron a los participantes que eligieran la que encontraban más atractiva. En la versión no manipulada del estudio, el sujeto recibe la carta que eligió y se le cuestiona por qué la eligió. En la versión manipulada, el investigador usa un juego de manos para cambiar las cartas sin el conocimiento del participante y le entrega la que no eligió.

El estudio mostró que la mayoría de los participantes no logró notar el cambio, y aún más, argumentaron su decisión con confabulaciones. Por ejemplo, en el experimento manipulado uno de los participantes indicó: “prefiero ésta porque me gustan más las rubias”, cuando de hecho la primera carta que eligió era la de una mujer de cabello castaño.

El experimento de Johansson abre interrogantes para el estudio de las relaciones entre la elección y la introspección.

La ficha bibligráfica del estudio citado es: Johansson, P., Hall, L., Sikström, S., & Olsson, A. (2005). Failure to Detect Mismatches Between Intention and Outcome in a Simple Decision Task. Science, Vol 310, Tomo 5745, 116-119, 7 October 2005

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