jueves, 8 de enero de 2009

La paradoja del ahorro

La frugalidad es la moderación en la comida y la bebida. Este concepto es bueno para los individuos y para la economía en general, sin embargo en tiempos de recesión el incremento del ahorro puede acarrear un paradójico problema.

En una recesión, el aumento del ahorro -o su contraparte: la reducción del gasto- pueden exacerbar las presiones económicas, lo que se conoce como la paradoja del ahorro.

La paradoja del ahorro explica que si en una recesión todo los habitantes tratan de ahorrar más, es decir dedicar al ahorro un porcentaje mayor de sus ingresos, la demanda agregada caerá y el ahorro total de la población será más bajo debido a que el ingreso total de la población es igual a la suma de los ingresos de sus individuos.

Dado que el ingreso personal puede ser destinado al consumo o al ahorro, y que el consumo forma una parte esencial de la demanda agregada y del ingreso mundial, si aumenta el porcentaje de ahorro, lógicamente el consumo disminuirá, por lo que disminuirá también con él la demanda agregada y el ingreso mundial, lo cual hará que caiga el ingreso personal, y así sucesivamente.

Los ahorros representan una reserva de capital que puede ser utilizado para financiar la inversión, lo que a su vez eleva el nivel de vida de una nación.

En años recientes, la población mundial ha gastado más dinero del que ha ganado, llevando las tasas de ahorro personal por debajo de cero.

En 2009, los economistas esperan que la tasa de ahorro aumente de 3% a 5%. Con el aumento de los ahorros, el gasto se contraerá más. Se espera que el Producto Interno Bruto de países como Estados Unidos se reduzca como consecuencia a una tasa anualizada de al menos 5% durante el último trimestre del año, lo que será una de las caídas más pronunciadas en 25 años.

El consejo de ahorrar se mantiene, pero para contribuir a que la crisis económica no se recrudezca, en el terreno personal podemos seguir las siguientes recomendaciones para realizar ahorrar sin desequilibrar la economía:

1. Calcula tu patrimonio y tus flujos de dinero (cuánto ingresas y cuanto gastas)

2. Elabora un presupuesto

3. Crea un plan de acción: por ejemplo, ahorrar un 10% al mes, terminar con la deuda generada por la tarjeta de crédito o el préstamo personal y adelantar el pago de la hipoteca

4. Define tus metas (ahorrar para la jubilación, para comprar un coche, una casa... para no trabajar...)

5. Ejecuta el plan (sin duda lo más complicado): el mejor consejo es ser perseverante, constante y sobre todo cumplir lo previsto

¿Tendrás este año la capacidad de ahorrar? ¿Mantienes tus ahorros del año pasado o gastaste todo tu dinero?