Pocas veces, con pocos artistas, me he conmovido hasta el llanto. Anoche sucedió otra vez.
El canal 11 del IPN transmitió la noche del miércoles 23 de mayo un programa especial titulado Su nombre es Chavela.
Esta octogenaria cantante costarricense adoptada por los mexicanos como propia, le canta con dolor al dolor.
El estilo de cantar de Chavela Vargas es inquietante. Su voz, una vez escuchada, jamás se puede olvidar.
En sus canciones se entienden letras del deseo de los hombres hacia las mujeres. Ella viste normalmente un jorongo (o poncho como guste usted), fumaba puros y cargaba pistola, ha vivido por años y años en Morelos, tomaba tequila directo de la botella y ha desaparecido por largos ratos bebiendo en las cantinas como teporocha.
Se dice que fue amante de Frida Kahlo, y ella misma se declaró lesbiana ante la televisión de Colombia.
Chavela nació el 17 de abril de 1919, recién cumplió 88 años. México la recibió a los 14 años y su carrera llegó a la cumbre a los 83 cuando se presentó en el Carnegie Hall, ese famoso escenario que está a sólo dos cuadras del emblemático Central Park de Nueva York.
La última vez que se escuchó mundialmente a Chavela fue en la película Babel, en cuya cinta sonora interpreta el bolero Tú Me Acostumbraste.
Si alguien se entera que Chavela está cantando en algún lugar de México o del Distrito Federal, por favor, como un acto piadoso hágamelo saber.
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