Ahora en el DF se proyecta en los cines la película The Number 23, traducida como La Revelación.
En ella Joel Shumacher, a través de Jim Carrey (que ya dejó de hacer gestos y muecas en sus películas), intenta convencernos del misticismo del número 23, y para ello relaciona numerológicamente todos los elementos de su historia con esta cifra mágica.
El 23 está en todos lados: en las sumas, restas, divisiones, multiplicaciones y raíces cuadradas de las letras codificadas y números de todos los nombres, placas de automóviles, fechas, perros, libros y muchos otros elementos usados para construir este suspenso.
La película se vale del Enigma 23 (la creencia de la secta Discordiana de que todos los eventos están conectados a este número), para crear un thriller psicológico que aborda el tema de la justicia.
La narración cronológica vincula una serie de elementos simbólicos y crea una telaraña de eventos que lleva al protagonista a descubrir un recuerdo fatal que él no sabía que había perdido. La obsesión del protagonista con la numerología lo lleva primero a descubrir su memoria extraviada y después a explicar la causa de su fatídico pasado.
Si el espectador no llega a entender qué diablos tiene qué ver este enigma del número 23 con la historia del amnésico asesino, cuando menos puede entretenerse en sumar letras y números para encontrar la mayor cantidad posible de 23's a lo largo de la trama.
Es entretenido hacer esto incluso con el nombre de cada quien. Por ejemplo, intentemos con el mío, DEMIAN, que se codificaría como:
4+5+13+9+1+14=46...
46/2= 23...
Ja. ¡Funciona!
Cabe destacar que a los de Rotten Tomatoes de plano no les gustó.
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